martes, 21 de junio de 2011

Cítricos chilenos versus argentinos

por Betina Ernst *
El pasado abril, la Asociación de Exportadores de Chile (ASOEX) organizó en Santiago el Seminario Internacional de Cítricos. Fueron dos días sumamente interesantes, en los que me tocó presentar las citriculturas de Argentina y Uruguay, y en los que pude comprobar que la citricultura chilena tiene poco que ver con la argentina. Las problemáticas, situación climática-edáfica, variedades, mercados, perspectivas, etc., son totalmente diferentes.

En primer lugar resalta la importancia que tienen los cítricos en ambos casos. En Chile los cítricos cumplen un rol muy secundario. Su participación sobre el total frutícola es del 8% de la superficie, 9% de la producción y 6% de la exportación. En Argentina, en cambio, los cítricos son el principal grupo de frutas. Ocupan el 52% de la superficie y representan el 55% del total. En la exportación es el segundo grupo después de las frutas de pepita, participando con el 40% de las ventas al exterior de frutas frescas.

Restricción hídrica y cambio climático
La principal razón por la cual se producen pocos cítricos en Chile, es el clima. Chile posee pocas regiones aptas para su cultivo. La principal limitante son las temperaturas. En el centro-sur hace demasiado frío, en el norte demasiado calor. Las bajas temperaturas promedio a las cuales están sometidos los cítricos chilenos, les imprimen características propias. Estas son: cáscara gruesa, menor tamaño, menores grados brix. Como ventaja resalta la intensa coloración de los mismos. Los chilenos trabajaron fuertemente en el tema calidad para lograr un producto que pueda competir en los mercados externos.
El agua también se torna limitante en muchas regiones. Todas las plantaciones tienen riego artificial. A pesar de ser muy eficientes con el agua, este recurso se torna cada vez más escaso. En las regiones del norte el recurso hídrico ya está aprovechado al máximo. Esto limita la expansión de los cítricos e incrementa la competencia entre los diferentes cultivos (uva, palta, etc). En la región central el agua todavía no es utilizada al 100%, pero para incrementar su aprovechamiento se requiere de complicados y costosos sistemas de riego.
El agua será en el futuro un recurso clave. Estudios demuestran que con el calentamiento global se tornará aún más escasa en Chile. También se esperan cambios en cuanto a las temperaturas promedio y a la incidencia de heladas. A diferencia del resto del mundo, en Chile se pronostica un enfriamiento en las regiones costeras y valles centrales. Por otro lado, las heladas serán más erráticas y aumentará la aparición de heladas atípicas. El cambio climático preocupa seriamente a los chilenos. Esto se reflejó en el hecho de que varias presentaciones del Seminario estuvieron dedicadas a este tema. No recuerdo en Argentina un seminario o congreso en el cual se incluyera temas referidas al cambio climático.

Variedades y mercados
Otro punto que diferencia claramente a Chile de Argentina, son las variedades que mejor prosperan. En las mandarinas predomina netamente las Clemenules y en las naranjas las Navels. Ambas variedades tienen menor importancia en Argentina dado que solo pueden cultivarse, no sin dificultades, en algunas regiones.
También los mercados a los cuales Chile exporta sus cítricos son otros que los nuestros. Chile se vuelca a la región del Pacífico, Argentina a la del Atlántico. Los principales mercados de Chile son Estados Unidos, Japón y Corea; de Argentina la Unión Europea y Rusia. Argentina no puede ingresar a Estados Unidos y Corea y en Japón las exigencias son prácticamente imposibles de cumplir.

Status fitosanitario y tratados
La razón de esta diferencia es principalmente fitosanitaria. Los chilenos tienen un status fitosanitario envidiable gracias al clima seco, casi desértico y a las barreras (cordillera de los Andes, desierto y estricto control en las fronteras). Únicamente el Brevipalpus les creó ciertos problemas para la exportación. La despreocupación por el tema sanitario se vio reflejada en el Seminario, en el cual no existió ninguna charla exclusiva dedicada al tema. Más aún la palabra “greening” prácticamente no se nombró. Esto nuevamente contrasta con Argentina, donde la cuestión sanitaria concentra toda la atención y el sector está aterrado frente a la amenaza del greening.
Los exigentes protocolos fitosanitarios limitan el acceso argentino a Estados Unidos, Corea y Japón. Chile los puede cumplir, mientras que para los restantes países citrícolas es muy difícil.
Otra ventaja chilena son los numerosos tratados de libre comercio gracias a los cuales pagan aranceles cada vez menores, llegando en muchos casos a ser nulos. Argentina no tiene estas ventajas, y si en el futuro no se logra una mejora en el tema arancelario, será muy difícil competir en la mayoría de los mercados.

(*) Directora de Top Info Marketing

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