martes, 24 de mayo de 2011

Mendoza: Colapsa el negocio de la fruta


Un quebranto de U$S 2,50 por caja, sin contar la fruta
Juan Riveira: "Esto no va a dar para mucho más”
Aunque según el calendario, recién ha transcurrido la mitad de la temporada comercial para la fruta fresca de exportación el grueso de los negocios posibles ya se concretaron, y los números de las empresas estarían indicando que la ecuación sigue con signo negativo.

Independientemente de las diferencias que pueda haber entre el movimiento registrado por las empresas en forma individual, el volumen global exportado desde Mendoza -al menos en frutas de pepita- terminaría siendo menor al del año pasado y, si bien los precios registraron cierta mejora respecto de la temporada 2009/2010, el problema sigue siendo el incremento de los costos, tanto de producción primaria como de empaque y exportación.

En los ámbitos institucionales del sector privado hay cierta reticencia a exponer públicamente la lectura que se hace de la realidad sectorial; y sólo una tenaz insistencia de nuestra parte permite romper ese llamativo cono de silencio en el que han preferido permanecer los principales referentes de la actividad. “Es que por ahí se comenta que somos pesimistas o que con cada advertencia (sobre la situación y el futuro del sector) queremos ocultar los verdaderos resultados del negocio, entonces preferimos el silencio, y que la realidad hable por sí misma”, señalan desde la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (ASPEFF).

La incertidumbre

El presidente de la entidad, Juan Riveira, dice que “a los problemas que venían acumulándose en las últimas campañas, este año se sumó el hecho que los negocios no se hicieron en tiempo y forma; y al negocio de la fruta hay que manejarlo con tiempo, con anticipación, no sobre la hora; porque no es razonable que el productor tenga la incertidumbre de no saber qué va a hacer con su fruta una semana o dos días antes de la cosecha; como no es razonable que el galpón de empaque no tenga un programa de trabajo ni sepa con qué fruta va a contar. Esto fue un factor adicional para mantener muy comprometida la rentabilidad del sector”.

Una semana antes de la cosecha (hacia fines de 2010) no estaban claras las condiciones del mercado en el exterior. Brasil (el mercado natural para las frutas de Mendoza) estaba “totalmente saturado de mercadería; no sólo Argentina -por el excedente que había tenido Río Negro- sino de otros países e inclusive del otro hemisferio, como la pera de Portugal, España, Italia o la de Estados Unidos” para las que el mercado brasileño resultaba atractivo por la relación cambiaria.

Ese exceso de oferta y el consecuente deterioro de los precios (que quedaron muy por debajo de la mínima expectativa que tenían los exportadores locales) motivaron una marcada incertidumbre al inicio de la campaña comercial 2010/2011. Situación ésta que se alimentaba, por otra parte, con la persistente recesión en los destinos de ultramar (por la crisis europea) y un mercado interno también saturado.

Negocios selectivos

Como esta previsto, los empaques que trabajaron fruta de terceros fueron extremadamente selectivos este año, y compraron sólo lo de muy buena calidad. Se asegura que, no daban los números para trabajar ni para embalar -y en muchos casos ni para cosechar- la fruta que no reunía esa condición.

“Como habíamos anticipado-subraya Riveira- sólo se defendió bien la fruta que tuvo muy buena calidad y muy buen calibre” porque “el mercado está muy exigente; se vende sólo lo muy bueno, y cuesta lo mismo embalar una caja de fruta excelente que una fruta que, sin ser mala, no alcanza los estándares premium”.

Advierte que “mucha gente -tanto productores como empacadores- vamos a tener muchas dificultades para llegar a la nueva temporada por el deterioro del nivel de ingresos”.

El ascensor y la escalera

Parafraseando a un sindicalista de los '80 (que comparaba el ritmo que por entonces tenían el costo de vida y los salarios) el presidente de la ASPEFF dice que “los costos van por el ascensor y los precios (de la producción) van por la escalera”; y sentencia que “es insostenible que el incremento permanente en los costos de toda la cadena productiva y de empaque, no sea acompañado por los valores de venta de la mercadería”.

La AFIP reconoce que en los últimos cuatro años, los sueldos tuvieron un aumento promedio del 139%. Si se considera que en esta actividad -tanto en su etapa productiva primaria como en la de empaque- la mano de obra tiene una incidencia de más del 60% y ese 60% sufrió una actualización del 139% en los últimos 3 ó 4 años; mientras que el valor de la fruta exportada puede haber acumulado una mejora del 25% a lo sumo, pero con un atraso cambiario que termina licuándolo; con precios que han subido relativamente poco también en el mercado interno, se produce un desfasaje imposible de sostener.

Eso, sin hablar del aumento (en dólares en este caso) que siguen sufriendo también los insumos. Riveira pone como ejemplo que “un insumo básico, como es una caja para empacar la fruta de exportación, que hace tres temporadas valía 80 ú 85 centavos de dólar, hoy vale un dólar con 70. Así, todos los otros insumos: papel sulfito, corrugado, separadores, la energía”. Además, siguen con grandes atrasos en los recuperos de IVA.

Mientras tanto, preocupa que no se hayan registrado nuevas convocatorias de la Mesa Nacional de Pepita, un ámbito de encuentro que reunía, junto a los funcionarios de Agricultura de la Nación, a los actores privados de la actividad frutícola de distintas regiones.

En ámbitos empresarios se reconoce que, si en la actividad frutícola de Mendoza se dejara de lado el concepto de “mantener la empresa por mantener el apellido” (porque la mayoría de los viejos establecimientos no tienen nombre de fantasía sino que llevan el apellido familiar) y empezaran manejarla como empresa (que si da resultado positivo sigue, y si el resultado es negativo se cambia de rubro) un porcentaje muy alto de ellas, ya sea de producción primaria o de transformación, hoy debería bajar la persiana.

Fuente: Los Andes

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